No se puede negar: la vida puede ser desafiante. Las demandas de nuestros horarios parecen aumentar a diario y encontramos poco tiempo para descansar. No es de extrañar por qué la ansiedad está afectando los corazones de tantas personas hoy en día. Es un problema real y uno que parece casi insuperable. Afortunadamente, la Biblia tiene una solución simple pero poderosa para este desafío que enfrentamos.
En Filipenses 4:6, se nos dice que reemplacemos nuestra preocupación con oración. Es una disciplina difícil de dominar, pero si somos diligentes, podemos lograrlo. Debemos llevar cautivo todo pensamiento ansioso y decidir entregarlo a Dios. Él puede manejar cualquier cosa que le traigamos y reemplazarla con Su paz inconmensurable. Si le pedimos que nos ayude a enfrentar este desafío, se manifestará a lo grande.
Cuando reemplazamos nuestra preocupación con la oración, Jesús guarda nuestros corazones y mentes. Podemos vivir todos los días con la paz de Dios, que no se parece a nada que hayamos conocido. Dios desea quitarte la ansiedad y liberarte de las preocupaciones. El punto de partida de esta nueva forma de vida es la oración. Todo lo que debes hacer es mantener la calma y orar.
La comunicación es vital para toda relación, y la oración es la forma en que hablamos con Dios. Está disponible en todo momento y en todas las circunstancias. No hay nada que no puedas traer a Dios en oración. Cuando lo hagas, sucederán cosas increíbles. Él renovará tu corazón y tu mente, liberándote de las cadenas de la preocupación que te han atado durante tanto tiempo. ¿Que estas esperando? Dios quiere hablar contigo hoy.